jueves, 1 de septiembre de 2011

Ese camino que un día empecé...



El veintiuno de enero, de mil novecientos noventa y siete, nací yo, una niña rubia, con ojos marrones y sin la menor idea de lo que la vida me tenía preparado. 
A medida que fui creciendo fui dejando huella en mi camino, ese camino que un día decidí emprender, ese camino con millones de caminos más y sin saber cual elegir, fui escogiendo al azar... 
El camino en el que están marcadas todas las huellas de mis pies, que cada día se hacen más grandes, mientras que el camino más pequeño, al revés.
Es ese camino en el que no pude regresar atrás cuando cometí errores, borrar mis huellas y elegir otro camino diferente, pero supongo que errar es humano, así que agradezco que ese camino me llevara a donde estoy ahora mismo, y que se elevará tanto hasta poder conseguir la preciada felicidad.

3 comentarios:

  1. La felicidad está en las pequeñas cosas ^^

    ResponderEliminar
  2. Preciossisisima entrada! :D
    Encántame como escribes!

    ResponderEliminar
  3. Porque cuando eres pequeña la felicidad está en todas partes, ya que no le das importancia a nada. Y ahora cuando eres más mayor... pues encuentras problemas a la mayoría de las cosas... :S Es normal.
    un beso cielo (L) te espero ;)

    ResponderEliminar